Un niño recorre la ciudad en busca de flores para su amigo muerto. Filmado en 35 mm con la misma cámara que utilizó Joris Ivens para su película "A Valparaíso", esta primera película contó con la colaboración de Gustavo Becerra en música, Pedro Chaskel en el montaje y la fotografía de Héctor Ríos, todos ellos partícipes del Cine Experimental de la Universidad de Chile. Posteriormente fue incluida como parte del largometraje "Érase un niño, un guerrillero y un caballo", de 1967, película perdida.