En 1883, en Río de Janeiro, la Marina brasileña se rebeló contra el gobierno del país (episodio conocido como la Revuelta de la Marina). Seis meses de intensos combates provocaron incalculables pérdidas materiales y humanas. En el interior de uno de los barcos de la Marina, un desertor es capturado. El comandante castiga ejemplarmente al mercenario francés con el más inverosímil de los castigos: la tortura del silencio.