Doraemon y Nobita tienen una nueva amiga. Se llama Fuuko, una pequeña dragona que, en realidad, es un ser hecho de aire llegado de un lejano mundo en el que la energía eólica es el motor de todo. Ese lugar fantástico es el Valle del Viento y, gracias a los inventos de Doraemon para trasladarse en el espacio y el tiempo, toda la pandilla acaba en ese mágico país. El Valle del Viento está habitado por los Domadores del Viento, un pueblo que ha aprendido a usar las propiedades del viento para aplicarlas de un modo respetuoso a todos los aspectos de la vida diaria. En cambio, los malvados Tempestades defienden todo lo contrario y son enemigos acérrimos de la pacífica gente del Valle. Ambos pueblos han vivido enfrentados desde tiempos inmemoriales y, ahora, el conflicto está a punto de estallar de nuevo. Cuenta la leyenda que los Tempestades volverán a controlar el mundo cuando invoquen al monstruo Mafuuka.