Desde el primer vuelo a motor en 1903, el hombre ha soñado con dominar los cielos, desarrollando y construyendo un gran número de aviones de combate. Con apariencia de indestructible, el A-10 Thunderbolt II puede eliminar vehículos blindados, tanques, e incluso edificios con una precisión extraordinaria, al tiempo que protege a las tropas sobre el terreno. Durante décadas, ha demostrado repetidamente su valía en el campo de batalla, superando continuamente, en vuelo y capacidad armamentística, a todos sus competidores.