Desde su primer día, a Luka le enseñaron a hacer las cosas con amor y cariño, desde el estudio hasta su incipiente pasión: el baloncesto. Siendo un chaval de apenas 12 años el Real Madrid se fija en él y lo ficha para las categorías inferiores. Poco a poco su talento y una educación cuidadosamente personalizada destapan al mayor talento visto en los últimos años.