Millones de personas –tanto famosas como gente desconocida- jugaron su papel en el asombroso crecimiento de Roma. Por encima de todos estuvo César Augusto. Nacido en época de crisis y criado en mitad de una guerra civil, Augusto personifica a la gente a la que gobierna. Es un personaje contradictorio: capaz de la violencia más brutal y de la compasión más tierna. Es un personaje influyente: forja la imagen de la grandeza de Roma que ha durado hasta el día de hoy. Y es enormemente popular. Pero todos lo que se enfrentan a Augusto –sus rivales, Marco Antonio y Cleopatra; el poeta del amor, Ovidio, e incluso su propia hija Julia- sufren nefastas consecuencias. La historia de la Roma de Augusto es la historia de la grandeza por la que se paga un precio.