Un galerista de arte japonés aparece apuñalado en un balneario. Antes de morir se cortó el dedo meñique en señal de arrepentimiento, como haría un yakuza. Mientras Astrid y Raphaëlle tratan de localizar a un asesino con un enorme tatuaje en la espalda, se dan cuenta de que los asuntos familiares tienen mucho que ver con este asesinato.