El 28 de diciembre de 1978, la tripulación del vuelo 173 de United Airlines se encontraba resolviendo un problema con el tren de aterrizaje mientras la aeronave volaba en círculos en las cercanías de Portland, Oregon, en un patrón de espera. La aeronave se quedó sin combustible y se estrelló cerca de un área poblada, matando a 10 de las 189 personas a bordo. El capitán no supo reconocer las señales de los demás miembros de la tripulación acerca del estado del combustible y estos no comunicaron la situación de forma adecuada.