Unos ciudadanos coreanos, un hombre y una mujer, fallecen tras ser tiroteados en la calle durante la celebración de una fiesta en Koreatown. A falta de testigos y de colaboración ciudadana, el C.S.I. centra sus esfuerzos en el examen de las evidencias encontradas en el escenario del doble crimen, entre las que figuran unas gafas de payaso con una huella dactilar de un niño. El varón fallecido es identificado como Sung Bang, mientras que la mujer, llamada Kora Sil, es una prostituta afectada por el VIH.