Los rebeldes han puesto en marcha un nuevo plan para asediar a los romanos. Contaminan sus pozos de agua y asaltan los carromatos con la comida que tienen para alimentar a los legionarios. La situación en el campamento invasor empieza a ser muy tensa. Galba trata de calmar los ánimos y ganar tiempo asesinando a un esclavo hispano y haciéndolo pasar por Viriato. La muerte del líder rebelde corre como la pólvora en el pueblo de Caura. El objetivo de Galba es descubrir qué aliados tiene Viriato entre los habitantes del poblado. Viriato y Helena establecen un lugar para encontrarse en secreto. Héctor descubre esta información y, animado por la recompensa que ofrecen los romanos por el líder hispano, decide entregarle a sus enemigos.